
Mucho se habla del desamor. Tanto o más que del amor.
Este poema, aunque invita a la aventura, es un resumen de situaciones comunes que reducen todo a cenizas, de momentos clave que definen el futuro de muchas relaciones. Los corazones rotos no siempre son la consecuencia, pero sí la soledad. Al igual que partir, no significa tomar otro camino, sino vagabundear entre el error y la duda.
Estructuralmente, estamos ante un soneto. Su rima consonante, sus figuras retóricas (puedo entrever alguna anadiplosis, un zuegma, una anáfora y quizá una silepsis...), su ritmo clave y sobre todo, su disposición. En otras ocasiones he hablado de los sonetos, sobra lo demás.
Este poema, aunque invita a la aventura, es un resumen de situaciones comunes que reducen todo a cenizas, de momentos clave que definen el futuro de muchas relaciones. Los corazones rotos no siempre son la consecuencia, pero sí la soledad. Al igual que partir, no significa tomar otro camino, sino vagabundear entre el error y la duda.
Estructuralmente, estamos ante un soneto. Su rima consonante, sus figuras retóricas (puedo entrever alguna anadiplosis, un zuegma, una anáfora y quizá una silepsis...), su ritmo clave y sobre todo, su disposición. En otras ocasiones he hablado de los sonetos, sobra lo demás.
· Soneto Al Desamor ·
(XI)
(XI)
SI la cándida flor se desvanece
y por más que pretenderla no puede,
es, o que no hay placer que al placer cede
o que tu amor por más crecer, decrece.
Ingenuidad suprema se esclarece
que de la majadería es su sede,
sede del detalle olvidado quede,
(y) nadie unirá lo que roto parece.
Tan ciego desvarío se comenta
como culpa de bueyes o de pullas,
y suyas, son las culpas y la renta.
Ninguno establece castigo o afrenta.
¡Amante, vil cobarde, no rehuyas
de amaranto o ceniciento amor! De hullas...
y por más que pretenderla no puede,
es, o que no hay placer que al placer cede
o que tu amor por más crecer, decrece.
Ingenuidad suprema se esclarece
que de la majadería es su sede,
sede del detalle olvidado quede,
(y) nadie unirá lo que roto parece.
Tan ciego desvarío se comenta
como culpa de bueyes o de pullas,
y suyas, son las culpas y la renta.
Ninguno establece castigo o afrenta.
¡Amante, vil cobarde, no rehuyas
de amaranto o ceniciento amor! De hullas...
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