
(I)
Un concejal admite haber solicitado dietas por contar verdades (a medias).
Dios ha clausurado temporalmente sus Pabellones para disponer tareas de mantenimiento rutinario.
Una empresa privada recibe recursos públicos y sociales para sostener un proyecto de Inviabilidad Energética.
· Desglose ·
(II)
Ups! Perdonen, esa última era una noticia real...
Primero nos vendieron energías altamente tóxicas y después se autoproclamaron salvadores pretendiendo contaminar algo menos. Pasado un tiempo, y agotadas las fuentes de recursos, exprimidos todos los bolsillos, inventaron unas energías novísimas. Planes, intentonas, designios múltiples y variados que acarrearon dolores de cabeza a los brokers y un estado de hibernación premeditada en nuestra cartera.
La culpa de todo es nuestra, por no pensar, o mejor dicho, por no saber pensar y dejar que otros, más hábiles, ávidos y heroicos, lo hagan por nosotros. Corren tiempos difíciles. O acaso son meros cambios como ya acontecía Bob Dylan.
La culpa es de ese paupérrimo anagrama (alusión a un esquema jerárquico) educacional.
La culpa es de Sanidad, por ese concepto en red y esos raros niveles de alarma e importancia.
La culpa es… del cha cha cha.
El dinero ha de ser entregado a quienes sepan gestionarlo, multiplicarlo, bienconsumirlo y sobrestipularlo en consecuencia. Por tanto, son necesarios un Rey Salomón, otro Rey Midas, un Jesucristo inspirado y un Sócrates ‘encicutado’ hasta las cejas.
Y según se entiende, en cada sucursal bancaria de cada esquina se esconde esa Liga de Hombres Extraordinarios que reciben nuestro pan de cada día en justicia y pax augusta.
(III)
Hace tiempo, un amigo y cronista me relataba lo terrible del sistema penitenciario, porque no había espacio, literalmente, para encarcelar a más criminales. Y yo, ignorante, le respondí “la mejor solución es que ya no se fabriquen mas delincuentes”. Me miró suspenso un rato, luego una mueca de risa y adelantó “hacen falta; los asesinos son tan necesarios en el equilibrio de esta Sociedad como los intelectuales o los tontos”.
No hay mayor penal que el absoluto aislamiento de todo análisis. No hay mayor condena que contemplar tu propio desastre hasta el infinito. Nuestra curiosidad epistemológica y nuestro hambre de voluntad propia.
Supongo que lo que NO es necesario, es que se fabriquen más prisiones. O al menos, no con los ladrillos de las escuelas, los hospitales o los hospicios
(IV)
y acertijos dispuestos a ser resueltos.
Apuestas de caballos,
putas que fornican como diosas,
profetas que se comen a sus bebés,
matemáticos lunáticos que ascienden a las estrellas,
nautas que se extravían en las Antípodas,
matrimonios con monopolio de ingresos,
dragones en la cola del paro
y artistas en bares franceses… pidiendo tabaco.
Leo, por leer, a Nicanor Parra.
Y lloro.
Me aborda un sentimiento de culpa,
acontece una metamorfosis interior
y nada más reflejarme en el espejo
se desdibuja una cucaracha hedionda.
Leo incluso a Don Quijote.
Y lloro.
Vuelvo a confundir verdad con mentira;
y creo en Dios.
Y en el amor –
y pasado un rato me duelen las manos de embaucar,
la durísima tarea de ser humano.
Leo además a Stephen Dedalus, no crean.
Y recuerdo a Shakespeare…
En consecuencia, rememoro a Akira Kurosawa, koi nya.
Y pasado un rato, pienso en Star Wars.
o en todos esos sitcom que lo parodian, porque tiene que ser así.
Pasa LA vida y apenas me acredito un malogrado humanista, multidisciplinar;
apenas he leído un par de libros, visto un par de pelis,
escuchado un par de discos
y muchas gilipolleces…
de siete artes pasamos a trece,
y el arte es arte
porque tiene que ser así.
Pasa MI vida y apenas codicio seguir viviendo, releyendo,
borbotones de espuma dorada.
y sombras del noveno círculo.
A fin de cuentas,
lo que importa es que duermas bien por las noches
y no te ardan los garbanzos.
Pirotecnia de mercadotecnia, publicidad para el indigente aprendiz…
NO.
Todo cuanto necesito,
está aquí.