Hueles a putrefacción
pero sabes como un confite muladí.
Para mi, eres un extraño
aunque a veces siento que te haría el amor a dentelladas,
[subido a un barco de papel.]
Pienso en ti a cada segundo
y me culpo de no dedicarte tiempo.
Tu con tu don divino para VER el arte
y yo para crearlo.
Eres un mal sabor de boca
y un agrio sol de mediodía golpeando una resaca;
tierno como ébano seco
frágil como alabastro.
Eres una maldición húngara
una pesadilla para en el sueño americano
un llanto entre bambalinas
tras la función de la Muerte Inquisidora
por el teatro de la incumbencia y la elucubración.
Eres las manos sangrantes de abarcar tanto
y los ojos cegados de evitar tan poco.
Yo soy el desierto virgen que queda tras un incendio exacerbado.
Eres viento Sigur Rós
con cadencia de anagrama
y mugido de elefante jornalero.
Eres reliquia de cruzado en tumba sagrada,
mientras te entrego estos versos
con bocanada de aborto.
Eres Horus, mi Ometeolt, la lluvia de Gilgamesh
Eos, Kali arrebatada, mi mentira pulcra y tu verdad sonora.
Eres Saturno devorando a sus hijos
con un sentimiento de culpa impronunciable;
eres una tempestad arcana
sobre el pasto de mis ideales.
Como un susurro al oído de un vagabundo profeta
tu con tu dios alquilado y yo con mi libro de apuestas.
Eres la racha de buena suerte de los semidifuntos
monedas de barro a los ídolos mayas…
yo soy una leyenda de pinturas del Ampurdán.
Lo que mas envidio de ti es tu total ausencia de envidia,
eres atemporal, omnisciencia, omnisentencia.
Hay palabras que duelen
como un corte recién curado.
Algunas cosas nunca alcanzarás a entenderlas
no para mi regocijo.
El abrazo de Dana for example.
Dios no es un rayo de luz,
pero está en el aleatorio movimiento
de sus partículas de polvo.
Nubes de Dostoievski
un absoluto tango insumiso en Chile
un viaje neutral a la intrasináptica de Joel-Peter Witkin
[recitando a Dante desnudo]
eres el grito antropofágico de Babel
una odisea matemática de purgatorios
y un orgasmo interminable.
Definitivamente, eres un disonante rasgueo de guitarra
de sueño involuntario y danza demoníaca.
La vela que anunciaba la velada ahora auspicia un velatorio –
Réquiem.
pero sabes como un confite muladí.
Para mi, eres un extraño
aunque a veces siento que te haría el amor a dentelladas,
[subido a un barco de papel.]
Pienso en ti a cada segundo
y me culpo de no dedicarte tiempo.
Tu con tu don divino para VER el arte
y yo para crearlo.
Eres un mal sabor de boca
y un agrio sol de mediodía golpeando una resaca;
tierno como ébano seco
frágil como alabastro.
Eres una maldición húngara
una pesadilla para en el sueño americano
un llanto entre bambalinas
tras la función de la Muerte Inquisidora
por el teatro de la incumbencia y la elucubración.
Eres las manos sangrantes de abarcar tanto
y los ojos cegados de evitar tan poco.
Yo soy el desierto virgen que queda tras un incendio exacerbado.
Eres viento Sigur Rós
con cadencia de anagrama
y mugido de elefante jornalero.
Eres reliquia de cruzado en tumba sagrada,
mientras te entrego estos versos
con bocanada de aborto.
Eres Horus, mi Ometeolt, la lluvia de Gilgamesh
Eos, Kali arrebatada, mi mentira pulcra y tu verdad sonora.
Eres Saturno devorando a sus hijos
con un sentimiento de culpa impronunciable;
eres una tempestad arcana
sobre el pasto de mis ideales.
Como un susurro al oído de un vagabundo profeta
tu con tu dios alquilado y yo con mi libro de apuestas.
Eres la racha de buena suerte de los semidifuntos
monedas de barro a los ídolos mayas…
yo soy una leyenda de pinturas del Ampurdán.
Lo que mas envidio de ti es tu total ausencia de envidia,
eres atemporal, omnisciencia, omnisentencia.
Hay palabras que duelen
como un corte recién curado.
Algunas cosas nunca alcanzarás a entenderlas
no para mi regocijo.
El abrazo de Dana for example.
Dios no es un rayo de luz,
pero está en el aleatorio movimiento
de sus partículas de polvo.
Nubes de Dostoievski
un absoluto tango insumiso en Chile
un viaje neutral a la intrasináptica de Joel-Peter Witkin
[recitando a Dante desnudo]
eres el grito antropofágico de Babel
una odisea matemática de purgatorios
y un orgasmo interminable.
Definitivamente, eres un disonante rasgueo de guitarra
de sueño involuntario y danza demoníaca.
La vela que anunciaba la velada ahora auspicia un velatorio –
Réquiem.
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