Nada como el café
como perlas de aborígenes
como hojas de paz.
Nada como el café
después de hacer el amor
de vaho y montañas.
Nada como el café
por una fachada amarilla
de un barrio de Bogotá.
Nada como el café
después de llorar inviernos
ante el paso de tu ausencia.
Nada como el café
para cerrar un episodio
de la novela de la vida.
Prefiero que en los crematorios
lluevan sacos de café
y mis cenizas y oratorios
sean mis palabras de fe.
como perlas de aborígenes
como hojas de paz.
Nada como el café
después de hacer el amor
de vaho y montañas.
Nada como el café
por una fachada amarilla
de un barrio de Bogotá.
Nada como el café
después de llorar inviernos
ante el paso de tu ausencia.
Nada como el café
para cerrar un episodio
de la novela de la vida.
Prefiero que en los crematorios
lluevan sacos de café
y mis cenizas y oratorios
sean mis palabras de fe.
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