viernes, 30 de octubre de 2009

Lettre D'Amour


Calambures, aliteraciones, alegorías...

Hola de nuevo, volvemos al poemario Memorandum Estacional, el cuarto en concreto.

Hace siete años cuando creía que era poeta y encima talentoso, escribí una carta a una niña, y ahora es mi mujer y tras cinco años casados, tres hijas y un niño en común, releyendo, me doy cuenta que en realidad, qué carajo, no era tan malo...

La rima es asonante, generalmente, y pese a haber una métrica deliberadamente libre, el ritmo fue cuidado con detalle. Abundan las figuras retóricas, pero el mensaje es claro.

· Lettre D'Amour ·
(IV)

Paráfrasis a Pablo Neruda y otros poetas hispanoamericanos.

TACITURNA mi voz, anhela tu cuerpo de mujer,
En un crepúsculo cayendo herido por la ausencia.

Quiere la mar engullir una sinfonía de gaviotas
Ungidas, para aletear con ansiosas olas hacia ti;
Irrompible muro el horizonte que la difumina,
Ella es suave como cerezas, como hebras de jazmín;
Rodeaba mis lamentos con tiaras de cariño,
O eran acaso nieves vírgenes lloviendo en frenesí.

Mi soledad murmura de estupor fúnebre y cruel,
Álamos lastimeros susurran al recuerdo huérfano
Sobre tu piel, y en reposo acarician cuando te amo.

Quimeras y delicioso delirio me empañan bajo tus brazos
Uniéndonos, como la hiedra por las tapias castigadas,
Esperando clavarme en tus muslos de nata inmóvil.

A veces galopo cargando tus cartas como un botones.

Molí los pétalos del viento desnudo, de los corazones,
Impregné versos de un poeta marchito, carne de bala.

Vas y vienes, costurera de mis infinitas ilusiones,
Irrumpen tus labios de miel embriagadora y clara
Del sosegado atracadero entre silencio gris afónico
Algunas de las canciones que derramo en tu rostro.

,

Rosas de cristal cayeron en nuestra vieja fuente,
Escuchan los ruiseñores su chapoteo amainado,
Como un racimo de arrullos que roen el ronco ritmo
Usan su eco para el sueño dormido del pecado;
Épicos coros de violines silban en tu boca púrpura,
Rompió de súbito el horario de la pálida aurora;
Desde que yo te quiero no aúllan los negros montes,
Al día todo rinde diáfano, como simples amapolas.
Las campanas, a lo lejos, de ermitas y vacíos claustros
Omiten tu mudez de niña inexperta y ermitaña.

Sed de cauce remoto, como aves al crear sus nidos,
Izada sombra volteando una melena, como marionetas de asfalto,
Eterno marine sin huella y quizá, sin luz y sin faro;
¡Muñeca mía, te adoro! Mil retales componen mi cajón,
Pastorcillo errante yo... sin rebaño, pero con corazón,
Rellano al fin eres tú. Te claman los lebreles de Orión.
¿Esperanza futura? Alimento para esta sinrazón.

“¡Dioses del desierto, paulatinamente muero,
es prisión sin oquedad... desvanecerme quiero!
Te quiero más que a mi vida, no lo olvides nunca
las tímidas palabras del pasado, únicas.”

***

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Imago Et Littera

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Dado el uso indebido en muchos casos, desconozco la fuente original y en consecuencia, la autoría. En ocasiones pretendo rendir homenaje y ofrecer una accesible lectura gracias al apoyo gráfico, pues creo firmemente en la conexión de la artes y su complementación inherente a su misma concepción.