
Dime tú, oscuridad, que me sigues allá donde voy,
dime si te hace gracia esta jugarreta
falsa y traicionera,
la mentira más verdadera, como una ramera.
Grito al grito y dime si no es cierto,
dime si merezco esto
que una elogio no tiene la respuesta
que soy un marinero vagabundo
y a nadie pregunté nunca que puerto sería el mío.
En el tren del silencio viajan mis celos,
sobre la vía de tu falsedad, el disfraz del payaso,
la quimera del poeta soñador pinté en ti
y la pinté con colores equívocos y borrosos.
¿A dónde vas cuando de vas?
Me cuestiono todo, es más, lo dudo
y grito,
grito desmesuradamente al vacío de mi podredumbre.
Tú que tienes la respuesta y no quieres dármela,
tú que insertas falsas esperanzas en el espejo de mi bomba
en mi benevolencia...
¿Por qué? “Un mar de lunas en el reloj de los infiernos”.
Mi llanto te provoca risa rizada
pero ya veremos quien ríe el último
porque yo aún estoy vivo y seguiré,
aunque solo sea para una mísera venganza
por un pequeño enfado, por una traición.
Que mil ojalás deseo y ojalá llegases a ser todos los días
como la primera vez que nos conocimos...
¿Alguna vez has odiado tú a alguien?
Yo hoy sí, pero nada ha terminado,
pues todavía cuesta separar este aguijón que intento desclavarme
por tu culpable mocedad callada.
***
dime si te hace gracia esta jugarreta
falsa y traicionera,
la mentira más verdadera, como una ramera.
Grito al grito y dime si no es cierto,
dime si merezco esto
que una elogio no tiene la respuesta
que soy un marinero vagabundo
y a nadie pregunté nunca que puerto sería el mío.
En el tren del silencio viajan mis celos,
sobre la vía de tu falsedad, el disfraz del payaso,
la quimera del poeta soñador pinté en ti
y la pinté con colores equívocos y borrosos.
¿A dónde vas cuando de vas?
Me cuestiono todo, es más, lo dudo
y grito,
grito desmesuradamente al vacío de mi podredumbre.
Tú que tienes la respuesta y no quieres dármela,
tú que insertas falsas esperanzas en el espejo de mi bomba
en mi benevolencia...
¿Por qué? “Un mar de lunas en el reloj de los infiernos”.
Mi llanto te provoca risa rizada
pero ya veremos quien ríe el último
porque yo aún estoy vivo y seguiré,
aunque solo sea para una mísera venganza
por un pequeño enfado, por una traición.
Que mil ojalás deseo y ojalá llegases a ser todos los días
como la primera vez que nos conocimos...
¿Alguna vez has odiado tú a alguien?
Yo hoy sí, pero nada ha terminado,
pues todavía cuesta separar este aguijón que intento desclavarme
por tu culpable mocedad callada.
***
0 Ida(s) De Olla:
Publicar un comentario